sábado, 7 de junio de 2008

El reino de este mundo de Alejo Carpentier.

Esta novela corta narra una serie de hechos fuera de lo esperado que acontecen en la isla de Santo Domingo cuyo denominador común es que su cotidianeidad está teñida de lo “real maravilloso” y que al parecer se extiende a la realidad americana toda.

Me arriesgo a adjudicar la propensión del desarrollo de la característica real maravillosa a la apertura rústica absorbente respecto al mundo propia del americano que no excluye lo que sucede sino que lo reconoce sin perder aquello que le es propio y que lo define como tal.

Danzas, ritos, mitos e himnos, explícitos a viva voz u ocultos para su preservación son los elementos expresivos de la cultura americana o africana, en igual caso oprimida, que conllevan en su estar una magnificencia tal que siguen expresando el ser americano o africano en el terreno propio de estas civilizaciones a pesar de la colonización o en otros lugares igualmente acechados por la fuerza conquistadora.

El núcleo central del texto parece ser la lucha de los esclavos por adjudicar su desgracia destinal a los amos, destrozando el orden establecido. Quizá puede pensarse desde Nietzsche donde en el mismo cuerpo, social en este caso, coexisten fuerzas activas y reactivas.

Algo así como una lucha entre fuertes y débiles, donde los últimos triunfan sobre los primeros por la revolución que su numerosidad y capacidad de conservación de ideales étnicos, le permiten llevar a cabo. Aunque sabemos que si bien los esclavos triunfan no por eso adquieren la nobleza de quienes son ahora los derrotados.

Es realmente esto aplicable a la colonización y a la esclavitud?

Todo este caos compuesto de aparente tranquilidad por parte del sometido y de aparente superioridad victoriosa del que somete esconde algún sentido en el fondo?

Vale de algo buscar una causa basada en la realidad en medio de múltiples apariencias?

Se siente realmente fuerte el noble? Siente posibilidades reales de conquista el débil?

Qué es lo que determina realmente a la realidad? Qué es aquello que es realmente? Tiene sentido pensar la realidad como esencial? O en este contexto pareciera que la realidad debe ser pensada desde la apariencia?

Todo lo que parece fijo y establecido no lo es. Deviene. Y surge la contrariedad.

Esclavos que obedecen a sus amos reaccionan a las aberraciones propias de la esclavitud y a las ganadas por la revuelta conservando su identidad original junto a sus compañeros siendo éste el ámbito propicio para fomentar la revolución.

Métodos violentos de castigo de los amos para los esclavos y de éstos últimos a los primeros. Aparente inversión de las posiciones.

Nobles traicionados y depuestos de su trono. Rey negro que somete a otros negros a la esclavitud.

Necesidad de construir materialmente barreras que diferencien y defiendan.

Silenciar y someter al que se atreve a decir distinto de nuestro ideal constitutivo.

Imperfecciones por doquier. La imperfección, aquello que es propio de este mundo.

El reino del cielo es aquel que suprime todas estas diferencias. Allí no hay jerarquías ni funciones. Ya todo está conquistado. La pasividad es propia. Anulación de la existencia caótica.

El reino de este mundo nos agobia de peso, de penas y de miserias. Pero gracias a estas otras caras de los ideales celestiales es que queda un margen para conquistar una grandeza. Grandeza terrena, no ideal – celeste. Aquí es posible la coexistencia de aparentes opuestos, que en el fondo son solamente necesarios.