domingo, 2 de septiembre de 2007

Hay que buscarse un amante -*


HAY QUE BUSCARSE UN AMANTE

Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.

Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.

Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:
"Depresión" y la infaltable receta del antidepresivo de turno.

Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan, ES UN AMANTE.

Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica!. Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.

A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición:
Amante es: "Lo que nos apasiona". Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir.
Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.


A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby...
En fin, es "alguien" o "algo" que nos pone de "novio con la vida" y nos aparta del triste destino de durar
.

Y que es durar? - Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia.
Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.


Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, se vos también un amante y un protagonista... de la vida
Pensá que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.

Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un amante...

La psicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:


"Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida".

JORGE BUCAY

La Crisis del Cuarto de Vida, en la semana de mi cumple -*


Le llaman la 'crisis del cuarto de vida'.
Te empezás a sentir inseguro y te preguntás dónde estarás en un año o
dos, pero ahí es cuando te asustás, al darte cuenta que apenas sabes donde
estás ahora.
Te empezás a dar cuenta de que hay un montón de cosas sobre vos mismo
de las que no sabías y que quizás no te gusten.
Te empezás a dar cuenta de que tu círculo de amigos es más chico que
hace unos años atrás. Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a
tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo,
estudio, pareja, etc...
Y cada vez disfrutás más de esa cervecita que sirve como excusa para
charlar un rato. Las multitudes ya no son 'tan divertidas'... hasta a
veces, te incomodan.
Y extrañás la comodidad de los grupos, de socializar con la misma
gente de forma constante. Pero te empezás a dar cuenta q mientras algunos
eran verdaderos amigos, otros no eran tan especiales después de todo.

Te reís con más ganas, pero llorás con menos lágrimas y más dolor. Te rompen el corazón y te preguntás como esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal. O quizás te acostés por las noches y te preguntes por qué no podes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor... Atravesás por las mismas emociones y preguntas, una y otra vez, y hablás con tus amigos sobre los mismos temas porque no terminas de tomar una decisión. Salir tres veces por fin de semana resulta un tanto agotador y significa mucho dinero para el sueldo que ganás. Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que pensabas que estarías haciendo a esta edad. O quizás estés buscando algún trabajo y pensás que tenés que comenzar desde
abajo y te da un poco de miedo... Tratas día a día de empezar a entenderte a vos mismo, sobre lo que querés y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes. Ves lo que los demás están haciendo y te encontrás a vos mismo juzgando un poco más de lo usual, porque vas sumando cosas a tu lista de lo que es aceptable para vos, de lo que no lo es. A veces te sentís genial e invencible, y otras... solo, con miedo y confundido. De repente tratás de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado se aleja cada vez más y que no hay otra opción que seguir avanzando. Te preocupas por el futuro: departamento, trabajo, estudio, dinero... y por hacer una vida para vos. Y mientras ganar la carrera sería lo mejor, ahora tan sólo querés estar compitiendo en ella. Lo que puede que no te des cuenta es que los que
estamos leyendo este mail; nos identificamos con algunas de todas estas cuestiones. Todos nosotros tenemos 'veintitantos' y nos gustaría volver a los 15-16 algunas veces... Este parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un desbarajuste en la cabeza... pero dicen que es la mejor época de nuestras vidas y que no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos... Dicen que en estos tiempos forjamos las bases de nuestro futuro. Parece que fue ayer que teníamos 16... ¿¡Entonces mañana mismo ya vamos atener 30!? ¿¿¿¡¡¡Así de rápido!!!??? HAGAMOS VALER NUESTRO TIEMPO... ¡QUE NO SE NOS PASE! La vida no se mide por las veces que respirás, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento... Si compartís esto con tus amigos de veintitantos... quizás ayude a alguien a darse cuenta que no esta solo entre tanta
confusión… ¡Es lo que nos toca vivir!

La Historia de un Pequeño Niño-*




Una vez un pequeño niño fue a la escuela
El era muy pequeñito y ésta era una escuela muy grande, pero cuando el pequeño niño descubrió que él podía ir a su clase con sólo entrar por la puerta del frente se sintió feliz, y la escuela no le parecía tan grande después de todo.

Una mañana, estando el pequeño niño en la escuela por un rato su maestra dijo: “Hoy vamos hacer un dibujo”, ¡Qué bueno!, pensó el pequeño niño, a él le gustaba mucho dibujar, él podía hacer muchas cosas; leones y tigres, gallinas y vacas, trenes y botes; y sacó su caja de crayones y comenzó a dibujar.

Pero la maestra dijo: ¡Esperen! No es hora de empezar, y ella esperó hasta que todos parecían estar preparados.

Ahora, dijo la maestra nosotros vamos a dibujar flores. ¡Qué bueno! pensó el pequeño niño, me gusta mucho dibujar flores, y él empezó a dibujar preciosas flores con sus crayones rosa, azul y naranja.

Pero la maestra dijo ¡Esperen! Yo les enseñaré cómo, y dibujó una flor roja con tallo verde. Aquí está, dijo la maestra, ahora pueden empezar.

El pequeño niño miró la flor de la maestra y después miró la suya propia, a él le gustaba su flor mejor que la de la maestra, pero no lo dijo. Sólo viró su papel y dibujó una flor roja con su tallo verde igual que la de la maestra.

Entonces otro día cuando el pequeño niño abría la puerta de su clase, la maestra dijo: Hoy vamos a hacer algo con barro,
¡Que bueno! pensó el pequeño niño, me gusta mucho el barro.

El podía hacer toda clase de cosas con el barro, serpientes y elefantes, ratones y muñecos, carros y camiones y él comenzó a pinchar y estirar su bola de barro.

Pero la maestra dijo ¡Esperen! no es hora de empezar. Y ella esperó hasta que todos parecían estar preparados.

Ahora, dijo la maestra, vamos a hacer un plato. ¡Qué bueno! dijo el pequeño niño a mí me gusta mucho hacer platos y comenzó a hacer platos de distintas formas y tamaños.

Pero la maestra dijo ¡Esperen! Yo les enseñaré cómo. Y ella les enseñó a todos como hacer un profundo plato. Aquí tienen, dijo la maestra, y ahora ya pueden comenzar.

El pequeño niño miró el plato de la maestra y después miró el suyo propio. A él le gustaba más su plato que el de la maestra, pero no lo dijo. Convirtió su plato de nuevo en una bola de barro, y comenzó hacer un profundo plato como el de la maestra.

Y muy pronto el pequeño niño aprendió a esperar y a mirar y a hacer cosas iguales a las de la maestra y muy pronto, dejó de hacer cosas de su propia idea. Entonces pasó que el pequeño niño y su familia se mudaron para otra casa, en otra ciudad y el pequeño niño empezó de nuevo en su otra escuela.

Esta escuela era aún más grande que la otra escuela y no tenía la puerta de sus clases hacia la calle, tenía que subir grandes escaleras y caminar por un largo pasillo para llegar hasta su clase.

Y en su primer día de clases él estaba allí cuando la maestra dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo ¡Qué bueno! pensó el pequeño niño, y esperó a que la maestra le dijera qué hacer, pero la maestra no dijo nada, sólo caminaba dentro de la clase.

Cuando llegó donde el pequeño niño, ella dijo: ¿no quieres empezar tu dibujo? ¡Sí! dijo el pequeño niño.

¿Qué es lo que vamos a hacer? Yo no lo sé hasta que tú lo hagas, dijo la maestra.
¿Cómo lo hago? preguntó el pequeño niño. Como tu quieras, contestó la maestra.
¿Y de cualquier color? preguntó el pequeño niño. De cualquier color, dijo la maestra.
Si todos hacemos el mismo dibujo y usamos los mismos colores, cómo voy a saber cuál es cuál y quién lo hizo.
Yo no sé dijo el pequeño niño, y comenzó su dibujo; una flor roja con su tallo verde.

Helen E. Buckley

Usa Protector Solar -*


Usa Protector Solar.

Señores y señoras usen protector solar. Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usen protector solar.

Los científicos han comprobado sus beneficios a largo plazo mientras que los consejos que les voy a dar, no tienen ninguna base fiable y se basan únicamente en mi propia experiencia. He aquí mis consejos:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado. Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad. No estás tan gordo como imaginas. No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle. Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que temas. Canta. No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos. Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde. La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo). Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida. Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían veintidós años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los cuarenta.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas sentirás la falta que te hacen cuando te fallen. Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los cuarenta, quizá no. Quizá bailes el vals en tu setenta y cinco aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas. No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás. Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa. Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén. Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro. Entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño. Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás. Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas. Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.

Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás. Y, cuando seas viejo, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores. Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con alguien rico pero, nunca sabrás cuánto durará. No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas cuarenta años parecerá el de alguien de ochenta y cinco.

Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene. Pero hazme caso en lo del protector solar.

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http://www.youtube.com/watch?v=uWbP9InKZ1w

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