martes, 22 de abril de 2008

"Si esto es un hombre" de Primo Levi


En este libro, escrito entre diciembre de 1945 y enero de 1947, está plasmada la experiencia vivida por el autor durante su detención en el campo de exterminio.

Al terminar la lectura, en mi cabeza sonaba cantado el título de un tema musical del grupo inglés The Verve, Bitter Sweet Symphony (Sinfonía agridulce). Me pregunté ¿por qué?, y descubrí que a todo el relato de Primo Levi puede aplicársele esta nota de “agridulce”.

Comenzando por el estilo literario que presentan las páginas, percibo una mezcla de oscuridad y optimismo. Cabe aclarar, que la esfera estilística no preocupó al autor, ya que su intención no era cuidar lo puramente literario, sino más bien abocarse a lo testimonial, pero adquieren este matiz claroscuro, porque así lo fue su experiencia.

Respecto a esto último, mi fascinación alcanzó durante la lectura y también después, niveles altísimos. Es francamente admirable y triste a la vez la capacidad de este hombre. En su relato uno puede sentir empatía y cercanía, pero al instante se siente lo lejano, pareciera como que la atrocidad cometida por los alemanes le ocurrió y no le ocurrió al mismo tiempo al ser humano. Es incomprensible por momentos cómo pudo pasar, y sobretodo como puso ser soportado, por ese puñado de “héroes de lo humano”.

Decía Aristóteles que el fin de la vida humana es alcanzar la felicidad. Claramente se puede apreciar en este escrito, la importancia de tener una meta para seguir adelante. Y es conmovedor que Primo Levi no haya elegido un fin egoísta, que solo lo incumbiera a él. Optó por contarle a la humanidad entera lo que ocurrió, nuevamente mezclando opuestos, sobreviviendo minuto a minuto.

La salida de ese infierno, puede resumirse en la capacidad de combinación del autor-prisionero. Otra alternativa que acatar las normas no quedaba, como es claro. Pero el supo ver en sus compañeros la humanidad que los captores se empeñaban en borrar.

Superar cada segundo, respetar lo humano viéndolo en aquellos elegidos para arrebatarle toda la dignidad y tener la lucidez de contarlo, de querer que se sepa, pensando en los otros aunque no muchos hayan pensando en él, constituyen las claves de de grandeza de Primo Levi, un licenciado en química que calló por mucho tiempo pero que, cuando pudo volver a expresarse libremente, lo hizo con el corazón, logrando que so obra sea considerada como una de las más importantes del siglo XX.


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